Cualquier “persona” o “personas” pueden ser parte de un contrato. Sin embargo, hay tres clases especiales de personas que requieren un trato especial bajo la ley contractual.
Menores
Bajo el derecho común, los contratos de infantes deben ser anulados a la elección del infante. Es decir, cualquier persona menor de 18 años puede elegir tratar un contrato como nulo. Esta nulidad existe para proteger a los menores de las consecuencias negativas de sus acciones. Con este fin, entrar en un contrato con un menor está penalizado en ciertas circunstancias. La ley provee excepciones específicas en las que los contratos con menores son válidos, como los contratos para necesidades o para el beneficio del menor. Las necesidades deben ser bienes requeridos para las condiciones de vida del menor en el momento de venta y envío. Las necesidades incluyen normalmente: comida, ropa, libros, vivienda, atención médica, consejo legal. Los contratos para beneficio del mentor incluyen contratos de empleo, de prácticas, de servicio y de educación. Sin embargo, incluso en los casos de estos contratos, cuando sus términos no se cumplen o no son buenos para el menor, no deben ser forzados.
Empresas
Bajo el Derecho Común, las empresas tienen capacidad para entrar en contratos solo si son capaces de autentificarse usando un sello corporativo. La Ley Contractual moderna permite a agentes de empresas a entrar en contratos en el nombre de la empresa, y en relación a cualquier tema sobre los poderes corporativos. En esas circunstancias, los contratos se entran de manera similar a aquellos entre individuos.
Personas con problemas mentales
Una parte de un contrato que se considere mentalmente trastornada puede ser sujeto de control por la corte. En estos casos, un tutor o guardián puede entrar en el contrato en nombre de esta persona.
Cualquier “persona” o “personas” pueden ser parte de un contrato. Sin embargo, hay tres clases especiales de personas que requieren un trato especial bajo la ley contractual.
Menores
Bajo el derecho común, los contratos de infantes deben ser anulados a la elección del infante. Es decir, cualquier persona menor de 18 años puede elegir tratar un contrato como nulo. Esta nulidad existe para proteger a los menores de las consecuencias negativas de sus acciones. Con este fin, entrar en un contrato con un menor está penalizado en ciertas circunstancias. La ley provee excepciones específicas en las que los contratos con menores son válidos, como los contratos para necesidades o para el beneficio del menor. Las necesidades deben ser bienes requeridos para las condiciones de vida del menor en el momento de venta y envío. Las necesidades incluyen normalmente: comida, ropa, libros, vivienda, atención médica, consejo legal. Los contratos para beneficio del mentor incluyen contratos de empleo, de prácticas, de servicio y de educación. Sin embargo, incluso en los casos de estos contratos, cuando sus términos no se cumplen o no son buenos para el menor, no deben ser forzados.
Empresas
Bajo el Derecho Común, las empresas tienen capacidad para entrar en contratos solo si son capaces de autentificarse usando un sello corporativo. La Ley Contractual moderna permite a agentes de empresas a entrar en contratos en el nombre de la empresa, y en relación a cualquier tema sobre los poderes corporativos. En esas circunstancias, los contratos se entran de manera similar a aquellos entre individuos.
Personas con problemas mentales
Una parte de un contrato que se considere mentalmente trastornada puede ser sujeto de control por la corte. En estos casos, un tutor o guardián puede entrar en el contrato en nombre de esta persona.